En los últimos años se ha vuelto más frecuente que peloteros decidan hacer la transición de jugador de cuatro a lanzador en las Grandes Ligas. Solo debemos recordar al metropolitano Christian Bethancourt y al chiricano Javy Guerra, que enfrentaron ese proceso con la organización de los Padres de San Diego.
Tampoco podemos olvidar al cerrador de los Dodegrs de Los Ángeles, el curazaleño? Kenley Jansen, quien dejó en el pasado la receptoría para tener una exitosa carrera desde el montículo.
La pelota panameña no escapa de esta realidad, ya que el herrerano Juan Madrigales tuvo que olvidarse de la receptoría por una lesión y ver renacer su carrera como serpentinero.
"El cambio surgió porque el año antepasado tuve una operación en la mano izquierda porque tuve una fractura en un dedo jugando en el torneo. Me operaron del dedo, pero no quedó bien", manifestó Madrigales en una entrevista a día a día.
"Intenté jugar el año pasado y no pude, por eso tuve que salir a mitad de campeonato, porque no podía hacer el trabajo de receptor. De ahí fue que vino la idea, con el apoyo de Audes de León, de hacer el cambio", agregó.
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Adaptación
Madrigales afirma que la adaptación "no fue nada fácil", al ser dos posiciones muy distintas, por el también buscó la ayuda de lanzadores con experiencia.
"Trabajé fuerte durante la temporada muerta en los cambios. Participé en la liga interna de Herrera y gracias a Dios las cosas salieron bien. También me ayudaron mucho Manuel Campos, Manny Corpas, Crispín Poveda", enfatizó Madrigales, quien tiene en su repertorio la recta, "sinker", "slider" y cambio de velocidad.
"Ellos los compañeros me han dicho que debo tirar una curva de 12 a seis (como las manecillas del reloj), porque mi 'slider' es rápido. Aunque también me dicen que lo lleve paso a paso. Es que comencé como lanzador en noviembre del año pasado", agregó.
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Aunque confesó extrañar la posición de receptor, Madrigales acepta que lanzar le ha dado la oportunidad de seguir jugando.
"La idea es no dejar el juego, porque uno se acostumbra desde niño. Es difícil dejarlo por una lesión. Fue una manera de seguir en el juego", comentó Madrigales, quien le han calculado su velocidad entre las 88 a 90 millas por hora.
Tiene el rol de relevista.
28
años tiene Juan Madrigales.
Lo que más he aprendido como lanzador es a tener paciencia, porque un serpentinero lo necesita mucho. Es que la mente tiene que estar enfocada.
El cambio surgió porque el año antepasado tuve una operación en la mano izquierda, porque tuve una fractura en un dedo jugando en el torneo. Me operaron del dedo, pero no quedó bien.
6.2
episodios ha trabajado Madrigales.
1.35
es la efectividad que tiene en el torneo mayor.